“El derecho a la educación significa el derecho a un docente cualificado”. Esta afirmación puede parecer muy sencilla, hasta que se examina con atención qué significa ser un “docente cualificado”.
Una de las maneras de definir “docente cualificado” es un docente que cuenta, por lo menos, con las cualificaciones académicas mínimas requeridas para impartir la enseñanza de sus asignaturas en el nivel pertinente de un país dado.
La definición anterior hace referencia al tipo de cualificación necesaria para que alguien se convierta en docente. En algunos países, el requisito mínimo es una licenciatura; en otros, el diploma de bachillerato es suficiente. Se trata de uno de los indicadores de la meta 4.c de los ODS.
Sin embargo, aunque el docente cuente con una licenciatura o con el bachillerato, estos títulos no bastan para garantizar una buena enseñanza. En realidad, la capacitación más importante para convertirse en docente es la pedagógica.
Otro indicador para medir el progreso hacia la meta 4.c de los ODS reclama docentes capacitados. Un docente capacitado es aquel que ha completado los requisitos mínimos de formación organizada de docentes (durante la formación previa al empleo o en la formación en el empleo). La mayoría de los programas de formación de docentes incluyen alguna forma de estudio de la teoría educativa, métodos de enseñanza, desarrollo infantil y evaluación, además del estudio específico de lenguas, matemáticas, ciencias, etc.
A pesar de todo, la organización nacional de la formación pedagógica presenta un alto grado de variabilidad. Los programas de formación de docentes pueden durar desde 12 meses hasta 4 años. Pueden incluir un componente práctico (por ejemplo, experiencia sobre el terreno) de manera simultánea al curso teórico o una vez completado. Las experiencias prácticas pueden prolongarse durante unas pocas semanas o durante varios meses. Algunos docentes en prácticas pueden disfrutar de supervisión durante su experiencia sobre el terreno, mientras que a otros solo se les permitirá observar a un docente en el aula. Con frecuencia, estas variaciones se dan dentro de un mismo país.
Estas diferencias en la capacitación de los docentes repercuten significativamente en la calidad del docente en el aula. A fin de ayudar a los países a mejorar la provisión de educación para docentes, la UNESCO y el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030 están trabajando con la Internacional de Educación y la OIT en la creación de un marco internacional de orientación sobre normas de docencia profesional.
Gracias a la existencia de un marco común, las partes interesadas clave en el ámbito de la educación podrán garantizar la calidad de la educación de los docentes mediante la definición de unas normas sobre la práctica profesional que describen las competencias, los conocimientos y las aptitudes necesarias en las diferentes etapas de la carrera profesional docente. Un marco de normas sobre la docencia puede ayudar a salvaguardar la regulación conjunta de la profesión al establecer los mecanismos de gobernanza y rendición de cuentas necesarios para asegurar la calidad tanto de la educación de los docentes como de la propia docencia. Está previsto que el marco tenga un carácter ambicioso. Su propósito es ayudar a los docentes, formadores de docentes, organizaciones de docentes y gobiernos a acordar y poner en marcha un concepto común de la calidad de la enseñanza y los docentes.
Por tanto, ¿qué significa realmente ser un docente cualificado? Significa disponer de una cualificación académica y de la formación pedagógica adecuada. Significa reconocer que la docencia es una profesión plena que requiere capacitación especializada. Significa disfrutar de oportunidades suficientes para practicar la docencia bajo la supervisión de un mentor cualificado durante la formación previa el servicio y tener acceso a oportunidades de desarrollo profesional centradas en necesidades de competencias específicas durante el empleo en el servicio.
Significa instar a los gobiernos a tomarse en serio la educación de los docentes para que esté financiada por completo, en beneficio de los resultados de aprendizaje de los estudiantes.