“Podrán decirte dónde sentarte. Podrán decirte dónde nadar. Podrán decirte dónde comer, hijo mío. Pero lo que sabes, no podrán arrebatártelo nunca. No dejes de aprender”.
Este fue el consejo que St. Claire Adriaan recibió de su madre, que lo crio en una comunidad marginada durante el régimen del apartheid en Sudáfrica.
St. Claire, uno de los primeros graduados de color de la antigua Universidad de Port Elizabeth —ahora denominada Universidad Nelson Mandela—, en Sudáfrica, ha basado sus 35 años de carrera docente en los principios de la restauración, la inclusividad y la diversidad. Hoy día, acumula a sus espaldas ocho licenciaturas y es director de la escuela Encore Junior & Senior High School for the Arts de Hesperia, California.
Crecer en la Sudáfrica del apartheid marcó su enfoque de enseñanza
“El color de mi piel significaba que no podía asistir a ciertas escuelas o universidades. Sé lo que es estar excluido y marginado, y no quiero que mis alumnos se sientan nunca rechazados o inferiores, o que crean que las personas de comunidades marginadas no pueden tener éxito”.
El enfoque de educación de St. Claire se centra en el desarrollo de relaciones positivas y en el empoderamiento de los alumnos de cualquier condición social. St. Claire, que tiene un título de máster del Instituto Internacional de Prácticas Restaurativas (IIRP, por sus siglas en inglés), está poniendo en práctica estos métodos con el propósito de contribuir a transformar la educación.
El objetivo de las prácticas restaurativas, según el IIRP, es “desarrollar el sentido de comunidad y gestionar el conflicto y las tensiones mediante la reparación del daño y la construcción de relaciones”.
Cómo las prácticas restaurativas ayudaron a transformar toda una escuela
En 2008, St. Claire fue nombrado director de la Success Preparatory Academy de Nueva Orleans. La escuela se encontraba en un barrio pobre y registraba los resultados más bajos del estado en los exámenes de los alumnos.
Gracias al enfoque restaurativo de St. Claire, en tan solo tres años se situó entre las 10 escuelas con mejor desempeño de Louisiana. En su opinión, el primer paso para transformar una escuela es emplear a docentes entusiastas.
“Contrato a docentes de religiones razas y orientaciones sexuales diversas porque servimos a una gran variedad de alumnos. Al tener a docentes con antecedentes distintos, existen más posibilidades de que se entablen relaciones, haya mayor empatía, y se conviertan en mentores más eficaces para nuestros alumnos”.
Este enfoque basado en la equidad y la inclusión está avalado por el Informe de seguimiento de la educación en el mundo, 2020, en el que se señala que la diversidad de los docentes permite que estos sirvan de modelo y puede tener un efecto positivo en el desempeño de los alumnos, sobre todo en los procedentes de minorías.
Ofrecer oportunidades para la expresión creativa
“El huracán Katrina en 2005 fue muy traumático para los alumnos”, recuerda St. Claire. “Y ese trauma provocó rabia. Así que encargué a un muralista que pintara en grandes letras la palabra UBUNTU en uno de los muros de la escuela. Ubuntu es una filosofía sudafricana basada en la confianza mutua para superar las dificultades. Siempre que algún alumno se muestra rebelde, le doy una brocha y le dejo que pinte hasta que se le pase el enfado”.
St. Claire invirtió también en un programa escolar de música para ayudar a los alumnos a expresar sus sentimientos. “No hay nada como un programa de música sólido para ayudar a los alumnos a cambiar de actitud y mentalidad”.
Se ha demostrado que la música ayuda a los estudiantes a mejorar su desempeño en matemáticas e idiomas. Además, les ayuda a desarrollar la perseverancia y a mejorar sus hábitos de estudio.
Fomentar la confianza a través de la afirmación
“Recitábamos todas las mañanas una serie de afirmaciones en las que los alumnos mencionaban sus características positivas para recordarse quienes eran, sus capacidades y cómo debían encarnar sus valores”.
[Vídeo de YouTube donde los alumnos recitan sus afirmaciones]
“También celebrábamos todos los logros. Tanto si un alumno había conseguido mejorar de un 95 a un 97, como si había pasado de un 35 a un 37, lo celebrábamos juntos. Lo importante no es la puntuación de un examen, sino mejorar cada día”.
Eliminar la disparidad de oportunidades
Cuando St. Claire se trasladó de Nueva Orleans a Nueva York, se llevó consigo este tipo de intervenciones. En su nueva escuela, se centró también en eliminar la disparidad de oportunidades. Este concepto se define en el glosario de Education Reform como “la distribución desigual o no equitativa de recursos y oportunidades”.
Garantizar que se satisfacen las necesidades básicas de los alumnos les da la oportunidad de prosperar en el entorno escolar.
“Algunos alumnos en Nueva York llevaban la misma ropa todos los días, así que instalamos una lavandería en la escuela. También abrimos un banco de ropa y una despensa de alimentos para quien estuviera en una situación de necesidad”.
“Cuando nuestros alumnos salgan un día al mundo, deberían sentir que hay un espacio para ellos en cualquier situación. No deberían sentir nunca que ‘no están integrados’ a causa de su procedencia. Así que reducimos la disparidad de oportunidades llevándolos a restaurantes, hoteles y excursiones escolares, para que tengan experiencias que quizá no tendrían fuera de la escuela”.
Mediante el empleo de docentes entusiastas, la inversión en programas culturales y la construcción de un entorno de aprendizaje diverso, inclusivo y propicio que se centra en la restauración y la afirmación, el ejemplo de St Claire Adriaan nos muestra que los docentes pueden crear herramientas eficaces para transformar la vida de los alumnos, incluso en circunstancias difíciles.
Puede consultar más información sobre la campaña #TeachersTransform [Los docentes transforman] en el marco de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación.
Photo credit: St. Claire Adriaan