Blog escrito por Carol Hordatt Gentles, Presidenta del Consejo Internacional de Formación de Docentes (ICET, por sus siglas en inglés) y Purna Kumar Shrestha, Responsable Técnico Mundial de Educación Resiliente e Inclusiva en Voluntary Services Overseas (VSO) Internacional, ambos coordinadores del grupo temático sobre inclusión y equidad en las políticas y prácticas docentes del Equipo Especial sobre Docentes.
Para comprender los desafíos que afronta el personal docente LGBTIQ+, es necesario entablar un diálogo abierto
En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer de 2023, observamos los progresos realizados en materia de sensibilización sobre los problemas que obstaculizan la igualdad y la equidad de las mujeres. Reconocemos que integrar la equidad “significa considerar, valorar y buscar la diferencia como un elemento necesario y positivo de la vida” (Día Internacional de la Mujer). Para garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida de todas las personas, es crucial que todo el personal docente reciba un trato igualitario y que la plantilla docente refleje la diversidad del aula y la comunidad en general.
Sin embargo, la diferencia suele verse como un obstáculo, en lugar de un activo para la promoción de la diversidad. En muchos contextos, el personal docente LGBTIQ+ afronta grandes desafíos, como la desigualdad de oportunidades, la falta de representación, las leyes discriminatorias, la exclusión social, los estereotipos y la violencia. En nuestra capacidad de coordinadores del grupo temático sobre inclusión y equidad del Equipo Especial sobre Docentes, creemos que ahora es el momento adecuado para retomar el diálogo entre los responsables de las políticas, profesionales y académicos con el propósito de entender mejor las desigualdades y la injusticia social que el personal docente LGBTIQ+ afronta en todo el mundo.
Con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia de 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) nos ha recordado lo siguiente: “Los derechos humanos, que son igualmente los de las personas LGBTI, son inalienables. Todas las personas tienen derecho al respeto y la dignidad, cualesquiera que sean su orientación sexual o su identidad de género, en todas las circunstancias”.
Para garantizar la seguridad del personal docente LGBTIQ+, es necesario promulgar leyes protectoras
Un examen rápido de la situación actual de los y las docentes LGBTIQ+ apunta a que se ha producido cierta mejora en relación con la seguridad en el trabajo, gracias a las políticas dirigidas a protegerlos. En el documento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado Inclusión de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer (LGBTIQ+) en el mundo del trabajo: una guía de aprendizaje establece que en “diciembre de 2020, 81 Estados Miembros de las Naciones Unidas brindaron protección contra la discriminación en el empleo por razón de orientación sexual [...] [Entre ellos] Barbados, Macedonia del Norte y Santo Tomé y Príncipe enmendaron o promulgaron nuevas leyes laborales para proteger a las personas con independencia de su orientación sexual”. En Polonia, las leyes laborales garantizan la no discriminación contra los docentes por motivos de su orientación sexual; mientras que el Canadá se ha comprometido también con la justicia social, la inclusión y la equidad del conjunto de sus ciudadanos, incluidos los docentes, en su Carta de Derechos y Libertades. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó en 2020 que la protección de las personas con orientación sexual o identidad de género diversas debe extenderse al empleo. No obstante, si bien en la actualidad la legislación federal favorece la protección de las y los trabajadores LGBTIQ+, 29 estados no disponen aún de leyes de protección del empleo del personal LGBTIQ+, incluido el personal docente.
Pese a la variedad de los progresos logrados en estos países, en muchos otros todavía no existen políticas que incluyan o protejan a los y las docentes LGBTIQ+, ni la voluntad política de incluirlos. Es más, incluso en los países donde existen las políticas de protección, su aplicación suele ser deficiente. Esto explica la vigencia de la guía de aprendizaje de la OIT relativa a la inclusión de las personas LGBTIQ+ en el mundo del trabajo. Según la OIT:
“Los trabajadores LGBTI con frecuencia se encuentran sin tutela jurídica a causa de sus
costos prohibitivos, procedimientos interminables, o la falta de confianza en el sistema. De hecho, se les niega justicia y protección. Si realmente queremos un futuro del trabajo centrado en las personas, que no deje a nadie atrás, debemos incluir a los trabajadores LGBTI. Además, debemos garantizar que las políticas y las leyes no criminalicen a los trabajadores LGBTI a causa de a quién aman o quiénes son”.
La discriminación y los prejuicios siguen suponiendo un impedimento para la prosperidad de los y las docentes LGBTIQ+
Ante la ausencia de protección jurídica y culturas de inclusión, los y las docentes LGBTIQ+ suelen vivir en un estado de ansiedad y temor a que los descubran. Según las constataciones de Pitonak (2021), entre los empleados LGBTI del sector público en Chequia, el 52% de docentes no hablan de su orientación sexual en el trabajo; el 71% teme las reacciones negativas de sus compañeros y compañeras de trabajo; el 64% que perjudicará sus relaciones en el lugar de trabajo; y el 44% que les impedirá progresar en su carrera profesional. En el Brasil, DaSilva (2019) concluyó que los y las docentes homosexuales sufrían homofobia en sus comunidades escolares. En Israel, una encuesta realizada por el Instituto Magnus Hirshfield (Rogel et al., 2021) examinó el modo en que el personal docente LGBTIQ+ describe el entorno escolar en el país. Los resultados pusieron de manifiesto que el 94% de los docentes habían recibido comentarios homófobos e insultantes de sus estudiantes, y el 53% había oído comentarios homófobos de otros docentes y miembros del personal. En Chile, los participantes de un estudio sobre las experiencias de docentes escolares homosexuales y lesbianas hablaron del temor a lo desconocido y a la incertidumbre (Catalan, 2018).
Los desafíos a los que hace frente el personal docente LGBTIQ+ en las escuelas se ven agravados por la opinión pública y los prejuicios de los progenitores. Por ejemplo, una encuesta de 2018 realizada por GLAAD y The Harris Poll, constató que el 32% de los estadounidenses no LGBTQ se sentirían muy incómodos si sus hijos tuvieran un o una docente LGBTQ, lo que refleja una serie de falsas creencias y prejuicios contra estos docentes. Existe asimismo la percepción equivocada de que la homosexualidad es una enfermedad que se debe y puede curar. Según una encuesta de Movilh (2008) realizada a progenitores, estudiantes y docentes en Santiago (Chile), el 24% de los y las docentes no cree que la homosexualidad sea una enfermedad, pero sí que es un trastorno que es posible remediar.
El panorama que se va revelando es el de docentes LGBTIQ+ para quienes el secreto, el temor y la discriminación son un modo de vida. En numerosos países, las diferencias en la orientación sexual siguen siendo un tema tabú que suele estar rodeado de silencio, por lo que el conocimiento al respecto todavía es limitado. Como señaló Eliza Byard, Directora Ejecutiva de Gay, Lesbian and Straight Education Network (GLSEN, por sus siglas en inglés) en los Estados Unidos: “Todo el mundo es consciente de la enorme repercusión que tiene en una persona verse obligada a ocultar algún aspecto de quién es en su vida cotidiana... Cuando las personas son libres para ser ellas mismas [...], trabajan mejor, y esto se aplica también a los docentes”. En países con tradiciones culturales y marcos jurídicos menos tolerantes con la diversidad sexual, los y las docentes LGBTIQ+ tienen que lidiar también con el temor a ser víctimas de persecución y exclusión de las aulas y de diversos espacios públicos más en general.
La discriminación contra las personas LGBTIQ+ contribuye a la escasez de docentes
En un mundo en el que la escasez de docentes y los desafíos en materia de contratación, retención y abandono de docentes han alcanzado proporciones de crisis, no podemos permitirnos seguir ignorando la repercusión de la inequidad en el personal docente LGBTIQ+, ya que tiene graves consecuencias sobre su capacidad para ofrecer una enseñanza de calidad. Además, hace que la profesión pierda atractivo para personas que tal vez deseen solicitar su admisión en un programa de formación de docentes. Según nuestra propia investigación en Jamaica (Hordatt Gentles y Davis-Morrison, 2020), los estudiantes de pedagogía afrontan discriminación, e incluso violencia, por parte de sus homólogos, formadores de docentes y administradores. Existen pruebas de que, tras su graduación, un gran número de estos estudiantes se ha marchado a lugares donde se sienten más seguros. Esto agrava las tasas altas de abandono de docentes y la pérdida de capital profesional valioso. Otro motivo de preocupación es que, si la homofobia y la desigualdad están generalizadas en las instituciones de formación de docentes, las posibilidades de que los docentes en formación practiquen la promoción y la inclusión contra la homofobia son limitadas. Como señala el Informe de seguimiento de la educación en el mundo, 2020: Inclusión y educación: todos y todas sin excepción, “[e]n la mayoría de los países, la formación de docentes sobre inclusión y seguridad de los alumnos LGBTIQ (personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales) es un ámbito polémico y que se ha descuidado”.
Combatir las perspectivas negativas de las cuestiones LGBTIQ+ a través de la formación y el plan de estudios
La educación sexual integral es un factor clave para promover la igualdad de las personas LGBTIQ+, puesto que se trata de un enfoque basado en el plan de estudios que incluye implícitamente una mejor comprensión del género y las normas conexas, los derechos, la equidad y la lucha contra los estereotipos negativos y las percepciones tradicionales de los roles de género. El análisis de un examen que incluyó 50 sistemas de educación para los perfiles PEER para mejorar los estudios sobre educación del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo puso de relieve que las cuestiones relativas a la orientación sexual y las cuestiones LGBTQI+ constituye el contenido que menos se aborda en los planes de estudio. Solo se aborda en el 17% de los países. La Argentina, Mongolia, la República Democrática Popular Lao y Suecia se han planteado el objetivo de promover las cuestiones de género, la orientación sexual y la igualdad de derechos y oportunidades, así como sensibilizar al respecto, a través de la educación sexual integral. Por otra parte, en el Marco Estratégico Nacional contra el VIH de Namibia, se capacita a los docentes sobre el modo de presentar la orientación sexual y la identidad de género en el plan de estudios.
La educación inclusiva no es posible sin la verdadera inclusión de los y las docentes LGBTIQ+.
Si deseamos comprometernos con “integrar la igualdad”, debemos hacer más para reconocer, entender y corregir las injusticias sociales que caracterizan la vida de los y las docentes LGBTIQ+ y otro personal docente en todo el planeta. Somos conscientes de que en muchos países la inclusión de trabajadores LGBTIQ+ en la fuerza de trabajo de la educación es un tema complejo y complicado que entraña importantes cuestiones sociales, políticas y culturales. No obstante, se trata de un tema significativo que exige nuestra atención si asumimos el compromiso de lograr sistemas de educación inclusivos, que promuevan igualmente una fuerza de trabajo de educación inclusiva. En pocas palabras, la educación inclusiva no puede excluir a los y las docentes LGBTIQ+ por ser quienes son.
Consulte la ficha descriptiva de la UNESCO y el Equipo Especial sobre Docentes Women in teaching: Understanding the gender dimension (2023).
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