“La tecnología es tan destructiva o constructiva como las personas que la usan. Creo que si los docentes, los educadores y los progenitores utilizan la tecnología con fines claros, dando ejemplo de comportamientos constructivos, puede tener una repercusión positiva en la educación”.

Nana Gulic trabajó durante diez años con el Gobierno, las escuelas y los docentes con el propósito de ayudar a crear un entorno de aprendizaje que atienda a las necesidades socioemocionales de los niños, además de a sus necesidades educativas. Ahora, a través de SEed (Educación Socioemocional), una empresa emergente de tecnología de educación que empodera a organizaciones sin fines de lucro —por ejemplo, escuelas—, Nana se dedica a implantar programas de desarrollo del carácter y el liderazgo que ayudan a los alumnos y alumnas a mejorar la confianza en sí mismos, la motivación y la salud física y mental, y a establecer relaciones positivas con sus pares y progenitores.

De acuerdo con un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Academia Internacional de Educación, “[al] aprendizaje socio-emocional algunas veces se lo denomina ‘la pieza faltante’, porque representa una parte de la educación que une el conocimiento académico a un conjunto específico de competencias importantes para el logro escolar, familiar y comunitario en los lugares de trabajo y en la vida en general”.

“La combinación de mi licenciatura en Cuidado Infantil y Juvenil y mi maestría en Estudios de Justicia Social y Equidad me permite descubrir formas innovadoras de empoderar a mis estudiantes en el aula y ayudarlos a que se conviertan en participantes activos en sus propias vidas y sus hogares”, comenta Nana.

El uso de la tecnología para asesorar a los progenitores y los alumnos durante la pandemia

Durante la pandemia de COVID-19, quedó patente la función crucial del apoyo psicosocial en el entorno de aprendizaje. Un informe observó que, tras la COVID-19, no sería suficiente que las escuelas reabrieran sus puertas sin más. Los alumnos van a necesitar un apoyo a medida y sostenido que les ayude a reajustarse y a ponerse al día tras la pandemia. Se está animando a los docentes a que incorporen a su pedagogía enfoques educativos de recuperación y aprendizaje socioemocional.

Esto es exactamente lo que Nana está haciendo en su escuela. Tras la reapertura de las escuelas, continúa impartiendo los talleres de aprendizaje socioemocional en línea dirigidos a los estudiantes y progenitores que puso en marcha durante la pandemia.

“Uno de los mayores beneficios del asesoramiento en línea es que, a diferencia del contexto presencial, podemos tener un grupo de discusión y, después, apagar los micrófonos y mantener charlas internas privadas entre los miembros de la familia. Y en ese tipo de momentos privados surgen cosas extraordinarias. Experiencias decisivas entre los progenitores y sus hijos”.

La tecnología puede crear un espacio para que se comuniquen los alumnos que tienen dificultades

El personal docente y los asistentes sociales que trabajan con niños y jóvenes puede utilizar las herramientas digitales para favorecer el desarrollo socioemocional de los alumnos dentro y fuera del aula. “La tecnología no sustituye a un buen docente o asesor; simplemente añade otro nivel, una herramienta adicional que podemos utilizar para comunicarnos con nuestros alumnos”.

Una de las funciones de Nana consiste en ayudar a los estudiantes con dificultades a desarrollar las habilidades que necesitan para hablar sobre los distintos desafíos que encuentran en sus vidas —como la pandemia de COVID-19— y afrontarlos.

De acuerdo con un informe sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación, muchos estudiantes se sintieron más solos; una gran mayoría echó en falta el contacto con sus compañeros de clase; y muchos estaban preocupados por la repercusión de la interrupción en su aprendizaje y su educación futura.

Para ayudar a los alumnos a procesar su experiencia durante los confinamientos asociados a la COVID-19, los animó a construir su “mundo ideal pos-COVID” en Minecraft. Se pidió a cuatro alumnos de 10 años del Canadá y otros cuatro de Croacia que trabajaran juntos para crear un espacio digital que satisficiera todos sus deseos y necesidades.

“Puede que no hayan sido capaces de expresar verbalmente cuánto echaban de menos la interacción social, pero su mundo en Minecraft lo revelaba claramente”, señala Nana. “Incluía una furgoneta volante para viajar con su familia y sus amigos, un portal que te permitía viajar adonde quisieras, un parque de atracciones, y una cantina escolar con mucho espacio para divertirse y pasar el tiempo con los amigos”.

Las encuestas, YouTube y los mensajes instantáneos para fomentar el desarrollo socioemocional

De acuerdo con un informe sobre el aprendizaje socioemocional en los sistemas de educación, el propósito principal de la “alfabetización emocional” —una destreza que entraña la capacidad de nombrar y entender las emociones propias y las de los demás— consiste en mejorar las relaciones y facilitar un funcionamiento más cooperativo entre las personas, en las comunidades y en el conjunto de la sociedad.

En el aula, los alumnos no suelen expresar cómo se sienten de verdad por temor a ser ridiculizados. Por ese motivo, Nana utiliza una aplicación que permite a los alumnos contestar a una encuesta digital de manera anónima. Cuando la encuesta pone de relieve que “todo el mundo” se siente nervioso el primer día de clase, o que los exámenes producen ansiedad a más del 90% de los alumnos, eso les ayuda a sentirse menos vulnerables.

Nana ha creado también un personaje ficticio de YouTube, Dolly Ghostsmith, y recluta la ayuda de los estudiantes para rastrear cuatro fantasmas fugados: “Denialy” (Negacionitas), “Doubty” (Duditas), “Worry Anne” (Anne Angustias), y “Fearan” (Temeroso). Los fantasmas facilitan la alfabetización socioemocional de los alumnos de la escuela primaria de Nana al ayudarles a identificar sus características particulares.

La investigación revela que, al implantar el aprendizaje socioemocional en las escuelas, los estudiantes pueden empezar a reconocer y gestionar las emociones, fomentar el cuidado e interés por los demás, establecer relaciones positivas, tomar decisiones responsables y encarar situaciones difíciles.

Para animar a los alumnos a que compartan sus problemas, Nana ha recurrido incluso a los mensajes de texto.

“Con los años, he descubierto que algunos estudiantes prefieren comunicarse tecleando en lugar de hablando. Tenía muchas dificultades para comunicarme con ellos hasta que les ofrecí la opción de los mensajes de texto, en vez de una conversación en persona. Algunos alumnos incluso utilizan un segundo idioma para expresarse emocionalmente”.

El uso de las aplicaciones ofrece más independencia a los estudiantes con dificultades de aprendizaje

Además hay varias herramientas que Nana utiliza para facilitar la integración en el aula de los alumnos con dificultades de aprendizaje. En los casos de dislexia, utiliza las aplicaciones de texto a voz y de transcripción que brindan a los alumnos con dificultades para leer y escribir mayor libertad para trabajar de manera independiente.

Con los alumnos que tienen problemas de atención, Nana emplea aplicaciones de capacitación cognitiva digital con sesiones de terapia en persona. Una de sus herramientas favoritas es Lumosity, que incluye juegos diseñados científicamente para ayudar a mejorar la memoria, la velocidad de procesamiento y la capacidad de solución de problemas.

“La tecnología es un entorno tan natural para los niños y las niñas. Es un espacio en el que se puede escuchar su opinión, y donde pueden reunirse y relacionarse con otros estudiantes de todo el mundo”.

“En el futuro, espero que podamos trabajar todos juntos para construir un entorno colaborativo que empodere, se centre en la sostenibilidad, la equidad y la justicia social, y esté dirigido por los docentes”.

Puede consultar más información sobre la campaña #TeachersTransform [Los docentes transforman] en el marco de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación.

Photo credit: Nana Gulic