Me llamo Michelle y vivo en Bangkok (Tailandia). Enseño 10.º curso de idioma inglés y comparto la asignatura de Sociedades de 7.º curso. También asesoro en un club de servicio. Mis estudiantes tienen entre 12 y 16 años.
La vida como docente internacional requiere mucha flexibilidad para trasladarse a un país, cultura y escuela diferentes. No obstante, ninguna experiencia me ha exigido tanta voluntad de adaptación y evolución profesional como el confinamiento en mi apartamento y la necesidad de reinventar mi enfoque en el aula.
La enseñanza digital ha sido mucho más fácil de lo que pensaba. Para ser franca, ha impulsado mi práctica y mi planteamiento en el aula de maneras incontables, y todavía sigo viendo la repercusión. Este aspecto hace que me sienta agradecida. ¡Siempre hay un lado positivo! Pero también hay otros que no lo son tanto.
EL DESMORONAMIENTO GRADUAL
Llevo dos semanas confinada en mi apartamento y, según las últimas noticias del Gobierno, nos queda un mes más como mínimo. Tengo dos hijas y una de ellas está conmigo, e intentamos distraernos la una a la otra entre clase y clase. La mayoría de nuestras amistades y seres queridos están en otros países, y a veces el sentimiento de soledad absoluta te invade inesperadamente. No sé cuándo veré a mi hija mayor otra vez, y no puedo protegerla desde la otra punta del mundo. Además, esta mañana me comunicaron por teléfono que mi madre, que padece de Alzheimer, está en cuidados intensivos con neumonía. Han detectado una masa en sus pulmones y es posible que tenga COVID-19.
No puedo ni imaginarme lo asustada y sola que debe sentirse. Aunque pudiera coger un vuelo de Bangkok a Houston, no me permitirían entrar al hospital para verla. Como muchas otras personas, estamos confinadas y sin posibilidades de encontrarnos. Creo que ese es el principal motivo de estrés para mí, no tengo ningún control de la situación.
Hasta que mi madre cayó enferma, nada me parecía demasiado difícil, pero se han ido acumulando la preocupación por las personas que quiero, las noticias continuas, los mensajes de correo electrónico de la escuela, los mensajes de los estudiantes plagados de ansiedad y temor, y la necesidad de aprender nuevas plataformas y soluciones tecnológicas. Como docente, me resulta difícil aceptar la falta total de control sobre lo que me rodea. La incapacidad para crear un espacio totalmente seguro para mis estudiantes, mis hijas e incluso para mí misma. Una serie de cosas me han ayudado a afrontar esta tormenta y las comparto con ustedes a continuación. Confío en que encuentren algo que también les resulte útil.
CONSEJOS DESDE EL CONFINAMIENTO
Relajarse
Respire profundamente y recuerde que, independientemente de la situación, usted sigue siendo esa o ese docente magnífico que era antes del cierre de la escuela, y lo seguirá siendo. Su estrés y preocupación por cómo va a seguir enseñando hoy demuestran su dedicación y compromiso con llegar hasta sus estudiantes.
Volver a empezar
Sus estudiantes están adaptándose no solo a su clase y estilo de enseñanza digital nuevos, además tienen que adaptarse a todos los demás docentes y sus nuevos métodos. Plantee la primera semana como haría con la semana inicial de un año académico cualquiera. Explique las expectativas, defina los límites, conozca a los niños en este nuevo medio, y encuentre una norma y un equilibrio nuevos.
Ralentizar el ritmo
La mayor sorpresa para mí fue el poco trabajo que mis estudiantes conseguían completar en la misma cantidad de tiempo. Incluso cuando los retenía en Zoom conmigo para que terminaran una actividad, tenían muchas dudas y dificultades para terminar la tarea. Damos por sentado que son magos de la era digital porque viven pegados a sus dispositivos todo el día, pero no tienen más experiencia que nosotros con este formato de enseñanza, y necesitan tiempo.
Precisión absoluta
Analice sus lecciones y decida cuáles son los componentes más importantes que sus estudiantes deben controlar, y céntrese en esos elementos cruciales. Añada el resto si tiene tiempo, pero, primero, aborde el corazón de los temas con una precisión absoluta, y cumpla esos objetivos.
Terminar la jornada laboral
No caiga en la trampa de confundir el tiempo de ocio con el tiempo de trabajo. El hecho de que haya trasladado el trabajo a su casa no implica que este deba dominar su vida. Tanto usted como sus estudiantes necesitan mantener una salud mental y emocional óptima en estos momentos. Haga descansos, termine la jornada, y no deje que la situación se adueñe completamente de su vida. Usted también está viviendo esta crisis, y también tiene necesidades mentales, físicas y emocionales. Atienda a esas necesidades primero, con el fin de que tenga algo que ofrecer a sus estudiantes cuando lleguen a la semana 3, 6 o 10 del cierre de las escuelas. ¿Están confinados? Celebre una noche de juegos o una cena con amigos en Zoom. Pasee. Viva su vida. Le hará falta para seguir adelante.
Contactar
Recuerde que no está sola o solo. La mayoría de docentes se encuentran en la misma situación y todos estamos intentando resolverla. Únase a un grupo en el que pueda encontrar recursos y asesoramiento de otros docentes, como Educator Temporary School Closure Community. No utilice Zoom solo con sus estudiantes, reúnase con sus compañeros de trabajo para ver qué están haciendo. No piense que es la única persona que está teniendo dificultades con la situación, todos y todas nos estamos adaptando y cooperando como nunca antes.
Buscar apoyo
Al final, todos saldremos de esta mejores docentes, tras las innumerables horas de autoestudio dedicado al desarrollo profesional y todos los nuevos sistemas a los que nos estamos adaptando. Encuentre a sus compañeros docentes y aprenda de ellos, enséñeles lo que sabe, y formen un frente unido. Demuestre a sus estudiantes el verdadero significado del amor constante por el aprendizaje e invítelos a que le acompañen en esa aventura.
Michelle Overman
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Este artículo forma parte de la campaña #VocesdeDocentes del Equipo Especial sobre Docentes, cuyo propósito es poner de manifiesto las experiencias de los docentes que trabajan cada día para asegurar que sus estudiantes siguen beneficiándose de una educación de calidad, a pesar de la pandemia de COVID-19. Para participar, visite la página que hemos creado a tal efecto.