Carlos Vargas Tamez, Jefe de la Secretaría del Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030 y Jefe de la Sección de Desarrollo Docente de la UNESCO, y Anna Conover, Consultora.
Este artículo de blog fue publicado originalmente por la Alianza Mundial para la Educación el 22 de abril de 2022.
Las crisis imprevistas, como la pandemia de COVID-19 y los conflictos violentos, nos recuerdan que los docentes y los sistemas educativos deben ser capaces de adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias, para poder atender las necesidades de aprendizaje de los niños y los jóvenes. Por este motivo, disponer de capacidad para innovar es uno de los elementos más importantes a la hora de construir sistemas educativos resilientes. El Equipo Especial sobre Docentes, aprovechando el gran número de innovaciones educativas que surgieron a raíz de la pandemia, eligió “la innovación en las políticas y prácticas docentes para la recuperación de la educación” como tema de su 13er foro de diálogo político, el cual se celebró tanto en Kigali (Rwanda) como en línea durante los días 2 y 3 de diciembre de 2021.
A continuación se exponen algunas de las ideas principales recogidas durante el foro, incluidas las relacionadas con innovaciones en materia de aprendizaje y enseñanza, y con formación y política docente, las cuales han sido recopiladas en el informe final del foro, publicado recientemente.
La autonomía de los docentes es fundamental para que se produzcan innovaciones provechosas en la enseñanza y el aprendizaje
Los docentes son los más indicados para evaluar las condiciones presentes en sus propias aulas y, partiendo de ellas, innovan para adaptar sus prácticas. No obstante, no suelen recibir reconocimiento por dichas innovaciones. El foro insistió en la necesidad de promover la autonomía y la capacidad de iniciativa de los docentes, es decir, su capacidad de actuar de forma autónoma, de manera que resulte posible generar innovaciones pedagógicas provechosas. No obstante, los docentes necesitan formación, recursos suficientes, buenas condiciones laborales y apoyo, para adquirir la autonomía y la capacidad de iniciativa necesarias, que les permitan introducir, aplicar y evaluar formas nuevas de enseñar, con las que mejorar el aprendizaje y el bienestar de los alumnos.
Los participantes en el foro hicieron hincapié en que la enseñanza y el aprendizaje se basan en relaciones, y compartieron ejemplos innovadores sobre métodos empleados por los docentes para colaborar con sus homólogos y con los padres y las madres durante la pandemia. Por ejemplo, como respuesta ante el cierre de las escuelas, la Comisión de Servicios Docentes de Kenya proporcionó a los educadores una serie de orientaciones para ayudar a otros docentes y ofrecer apoyo psicosocial a las familias y los alumnos. Gracias a que se ofreció a los docentes la oportunidad de reunirse para hablar de sus prácticas educativas e intercambiar recursos tanto entre ellos como con las familias de los alumnos, se pudieron extraer lecciones de gran importancia que actualmente fundamentan las políticas adoptadas por Kenya para favorecer el aprendizaje en línea y el desarrollo profesional de los docentes.
Las innovaciones relacionadas con las tecnologías digitales deben adaptarse a cada contexto
Durante el foro también se analizó el papel de las tecnologías digitales en la innovación, subrayando la necesidad de emplearlas de forma adaptativa y acorde a cada contexto, en lugar de optar por soluciones únicas. Aunque la pandemia hizo que la necesidad de contar con innovaciones basadas en la tecnología fuera urgente, también se precisan mecanismos de evaluación, ampliación y perfeccionamiento para garantizar que dichas innovaciones respondan a las necesidades de una educación equitativa, inclusiva y de calidad. No obstante, es importante que las tecnologías digitales no reproduzcan aprendizajes descendentes y memorísticos que den lugar a una normalización excesiva, sino que se diseñen y se apliquen empleando diversos enfoques que ayuden tanto a promover pedagogías centradas en el alumno como a transformar la educación.
La formación de los docentes debe integrarse en trayectorias profesionales orientadas a objetivos claros
El desarrollo profesional de los docentes debe estar integrado en la trayectoria profesional docente y ajustarse tanto a las normas en materia de docencia como a los sistemas de rendición de cuentas. Los participantes en el foro analizaron la necesidad de que los países eviten innovar de forma fragmentada, ignorando los principios comúnmente acordados. Para ello, es preciso que exista consonancia entre los distintos niveles educativos, así como entre la formación inicial de los docentes y el desarrollo profesional continuo. Además, se necesita mejor concordancia entre los planes de estudio en vigor, el desarrollo profesional de los docentes y la evaluación de los alumnos, para que sea posible mejorar los resultados de estos últimos.
De acuerdo con las lecciones aprendidas durante la pandemia, la formación de los docentes debe incluir también aprendizaje entre pares, programas de mentoría y, sobre todo, competencias de indagación e investigación que los preparen para seguir aprendiendo durante toda su vida, de manera que sean capaces de adaptar sus prácticas a los cambios de circunstancias y de atender las necesidades cambiantes de sus alumnos. Las instituciones de formación de los docentes y de investigación educativa son muy importantes para favorecer este tipo de intercambio continuo, especialmente para hacer frente a las dificultades que platean las transformaciones rápidas.
La innovación en la formulación de políticas debe ser inclusiva y colaborativa
Los docentes deben formar parte de los procesos decisorios y de formulación de políticas. Uno de los ejemplos presentados a este respecto fue el proceso de elaboración de la Política Nacional Integral Docente de Ghana, de cuya coordinación se encargó el Equipo Especial sobre Docentes de Ghana, con la ayuda tanto del Servicio de Educación de Ghana como de asociados para el desarrollo y otros agentes. Este proceso colaborativo estableció un marco de diálogo social con los docentes y sus representantes locales, distritales y nacionales.
Las políticas también deben fundamentarse en datos que reflejen la realidad sobre el terreno y, en este sentido, la participación de los docentes en la recopilación y el análisis de datos pueden contribuir a potenciar la innovación de base. Con la formación adecuada, tanto los docentes como los directores de escuelas podrían emplear los datos para llevar a cabo una valoración de sus propias prácticas y plantear soluciones a los problemas presentes en sus centros. Ghana constituye un ejemplo de innovación respecto al uso de datos, ya que las escuelas del país diseñan sus propias metas e indicadores mediante un proceso de consulta en el que participan los docentes, los padres y las madres, los alumnos y las comunidades a las que pertenecen.
Las políticas deben conjugar la flexibilidad con marcos bien definidos para ajustarse a las condiciones locales
Entre las innovaciones en materia de política docente que se presentaron durante el foro, se encuentra el establecimiento de nuevas formas de asociación con organizaciones de la sociedad civil y organismos de financiación. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Equipo Especial sobre Docentes organizaron un taller innovador que reunió a los encargados de la formulación de políticas de varios países, con el objetivo de orientar la creación del Consejo Nacional de Enseñanza de Saint Kitts y Nevis. En lugar de imponer un enfoque único, este proceso permitió a los encargados de la formulación de políticas conocer diferentes estructuras nacionales, así como las funciones desempeñadas en una serie de países de ingreso alto y bajo, antes de crear su propio Consejo Nacional de Enseñanza.
Los docentes son esenciales para lograr una innovación que permita “reconstruir para mejorar” tras la pandemia de COVID-19. No obstante, es necesario que se reconozca y se respalde su profesionalidad. Asimismo, la experimentación y la adaptación deben producirse dentro de marcos normativos bien definidos. Tanto los gobiernos como las instituciones de formación de los docentes y otros agentes deben conjugar estructura y flexibilidad para potenciar innovaciones tanto ascendentes (de base) como descendentes (en todo el sistema), de modo que puedan contribuir a garantizar una educación equitativa, inclusiva y de calidad para todos.
Descargue el documento “Innovation in teacher policy and practice in education recovery. Final Report of the 13th Policy Dialogue Forum” (Informe final del Foro de diálogo político sobre la innovación respecto a políticas y prácticas docentes en la recuperación de la educación).
Créditos fotográficos: GPE/Alexandra Humme